Por: Observatorio de Cooperación Internacional
El pasado 5 de junio, se celebró el conversatorio ” Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030: los retos de la evaluación” , en el marco de la Semana de la Evaluación (EVAL).
La Semana de la Evaluación (EVAL) es un punto de encuentro para el sector público, la sociedad civil y la academia actividades orgánicas actividades que se generen espacios de reflexión y discusión sobre el monitoreo y la evaluación de los programas públicos que se están implementando, de esta forma, EVAL se consolidó como un espacio importante de convergencia de aquellos interesados en los temas de evaluación y monitoreo.
En este marco, el pasado 5 de junio de 2019, el Instituto Mora, a través del Observatorio de Cooperación Internacional en colaboración con la Academia Nacional de Evaluadores de México (ACEVAL) y actores de la sociedad civil convocó al conversatorio “ Objetivos del Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030: los retos de la evaluación ” ,
El evento tuvo como ponentes a Paulina Pérez como representante del sector público, en específico del municipio de Naucalpan, Estado de México; José Urquieta del INEGI; Gabriela Sánchez, investigadora adscrita al Instituto Mora y Óscar Rey como parte de la sociedad civil desde la organización Altepetl AC
La dinámica del conversatorio fue por medio de rondas en las cuales se realizó una pregunta por medio de la cual los participantes verificaron sus opiniones y puntos de vista. La primera ronda estuvo enfocada en la cuestión de qué evaluar y para quién es relevante desarrollar los procesos de monitoreo y evaluación.
La complejidad de la Agenda 2030 y la ODS puede generar desconocimiento, principalmente a nivel municipal y / o local, puesto que acciones como estas se conciben como algo sobre lo cual solo el gobierno central se encarga de planear e implementar. Al mismo tiempo, muchas veces la acción política no está en sintonía con lo que se requiere para alcanzar metas e indicadores, lo que hace que sea más difícil su ejecución.
Por este desconocimiento y en ocasiones, falta de interés, es que se hace presente la necesidad difundir la Agenda, demostrar cómo desde lo local/municipal pueden ejecutarse acciones que contribuyan a su cumplimiento y así favorecer al monitoreo y evaluación porque lo que no se conoce no se evalúa y por tanto no es perfectible. De igual forma, destacó el hecho de que la evaluación debe ser durante la implementación y no después, ya que se trata de un proceso permanente y necesario porque si bien es costoso generar indicadores y resultados, es aún más costoso no hacerlo.
Así, la evaluación es importante para generar estrategias de acción, es decir, no basta qué hacer, sino también cómo hacer. Así mismo, es una herramienta que permite la generación de presupuestos, políticas públicas y el involucramiento de diversos actores para su implementación al tiempo que contribuye a la rendición de cuentas, la movilización de recursos, y verificar la eficiencia en el uso de los recursos que las más de las veces son públicos.
Finalmente, se concluye dentro de esta primera ronda que se evalúa para analizar y valorar el desempeño (resultados, impactos, efectos), que demuestra una retroalimentación para mejorar e identificar áreas de oportunidad (debilidades, omisiones, dificultades). También facilita los procesos de análisis colectivos y la generación de conocimiento, la ruta de un desarrollo adecuado y cómo se cumplen los SAO a un nivel diferente.
La segunda ronda estuvo guiada por la pregunta ¿Es factible evaluar las acciones o los avances en el cumplimiento de los SAO? ¿Qué retos implica?
Se ha visto que se requiere de sistemas de recopilación de información que utilicen las nuevas tecnologías de que se disponga y que, al mismo tiempo, se vean estos datos de forma adecuada en una sola plataforma. Se destacó el papel del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) como generador de información.
De igual forma, los especialistas coincidieron en que debe existir la autonomía y la independencia de los resultados. Generar un análisis profundo de las normas y una coordinación para las políticas articulares, además de las redes numéricas y las necesidades de los diversos niveles de gobierno.
Entre los retos más importantes destacaron: que las evaluaciones requieren de una perspectiva de derechos humanos así como contemplar la participación de múltiples actores; la voluntad política ya que uno de los grandes problemas es la falta de continuidad tras un cambio de administración que no permite que los procesos se concluyan; la inmediatez desde la percepción de la ciudadanía ya que los ODS y sus indicadores han sido diseñados para obtener resultados a mediano y largo plazo mientras que la población exige la solución inmediata de problemas y situaciones de su día a día por lo que se debe hacerles entender que es un proceso largo pero del cual se esperan resultados favorables en general.
Otro reto es tomar en cuenta las diferencias y realidades entre municipios, estados, etcétera ya que no todos requieren de lo mismo o tienen las mismas necesidades y es donde los ODS deben ser adaptados.
La última ronda tuvo la pregunta ¿Qué oportunidades de sinergias existen entre diferentes sectores para lograr este propósito?
Para responder, los expertos coincidieron e indicaron que es necesaria la colaboración entre cinco entes, cada uno con motivaciones específicas: el fortalecimiento de las Organizaciones de la Sociedad Civil, ya que éstas permiten una continuidad en el trabajo realizado para el cumplimiento de los ODS; desde el gobierno debe existir una relación entre niveles y una coherencia en las prioridades de políticas; la academia debe proporcionar una capacitación adecuada a los demás sectores para la apropiación y el entendimiento de la Agenda; en cuanto al sector privado, éste puede colaborar suministrando recursos, financiando proyectos y cambiando sus políticas de elaboración de productos y servicios que sean sustentables y colaboren con el desarrollo y finalmente, desde la ciudadanía debe terminarse con el desconocimiento que hay en general de los ODS y la Agenda para que así, las personas puedan participar activamente en propuestas para el cumplimiento de esta Agenda.
Se resaltó al final la importancia de la articulación entre los actores mediante los espacios de diálogo en donde existen las relaciones y los acuerdos en beneficio de todos, también es necesaria la apropiación total de la Agenda en todos los niveles. Otro aspecto que es imperativo es entender el papel de cada actor y aprender cómo se puede complementar, generando más y mejores resultados a través de las diferentes capacidades de colaboración y entendimiento para resolver problemas.
Bajo estas premisas se llegó a resultados bastante interesantes durante el conversatorio, los puntos de vista en común y entendiendo de la mejor manera la perspectiva de los expertos que hablaron y nos dieron a conocer cómo se lleva un cabo la implementación y el cumplimiento de la Agenda 2030 Desde la academia, sociedad civil y gobierno.