El retorno de la diplomacia secreta

Por: Juan Alberto Villalobos Oropeza*

La diplomacia es el arte de conseguir que los demás hagan con gusto

lo que uno desea que hagan”. 

–Dale Carnegie

Enero de 1917, Venustiano Carranza desde su hermética oficina presidencial en el Castillo de Chapultepec, se encontraba pensativo todavía con sus manos sostenía un pequeño trozo de papel, un mensaje estremecedor que podía cambiar el curso de México y de la historia, debido al contenido enviado por el Ministerio de Asuntos Extranjeros del Imperio alemán, revelado por el conde Heinrich Von Eckardt, embajador del Imperio en nuestro país, a Cándido Aguilar, secretario de Relaciones Exteriores.

El ministro de Asuntos Extranjeros, Arthur Zimmermann, envío en el marco de la Primera Guerra Mundial, una propuesta de alianza entre México y el Imperio alemán para enviar un ataque militar a los Estados Unidos. El resultado del envío de este telegrama fue catastrófico, interceptado por los servicios de espionaje británicos, este suceso aceleró la entrada de los Estados Unidos a la guerra.

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La diplomacia secreta es un referente para el estudio de las relaciones internacionales, se debió en buena parte a la capacidad negociadora de los diplomáticos de la época bajo un velo de secretismo ya que los pactos secretos y las alianzas destinadas a la conquista de otros Estados y causas bélicas era un común denominador.

Al final de la primera guerra mundial, se puso fin a este tipo de prácticas dando paso a la llamada “diplomacia abierta” promovida por Woodrow Wilson, presidente de los EUA durante esa época, con sus 14 puntos dio paso a una nueva forma de relación entre las naciones y dando origen a la Sociedad de Naciones – hoy en día las Naciones Unidas-, en la que se consideraba que la diplomacia debería ser abierta y accesible al escrutinio público.

En los tiempos actuales, esto exige tanto a los gobernantes como a sus agentes diplomáticos, transparencia durante los procesos de negociación y esto incluye los medios (redes sociales y medios de comunicación tradicionales) por los cuales se dan a conocer dichos resultados.

Durante varias semanas, México fue (y recientemente lo ha sido con las declaraciones sobre los cárteles mexicanos) referente común para la administración del presidente Trump, como un país que siempre ha sacado provecho en los tratados y acuerdos que tenemos con los EEUU, temas de distinta índole han sido mencionados y entrelazados, tengan veracidad o no, esto incluye los temas de seguridad fronteriza, migración y comercio.

Para el presidente de los EEUU, la campaña en búsqueda de su reelección en 2020 ha comenzado y los acuerdos alcanzados con nuestro país son un gran referente para su base electoral. Como parte de su argumento de campaña, se busca mostrar como un gran negociador que obtiene grandes resultados.

En sus discursos y en redes sociales, celebra ampliamente sus logros en pocos días de negociación con el gobierno mexicano para frenar por territorio nacional las caravanas de migrantes Centroamericanos, amenazando con imponer aranceles a productos mexicanos.

Sin embargo, hizo una declaración ante medios, asegurando que aún hay secretos acordados que debe cumplir nuestro Gobierno. En una declaración, el presidente Trump nos ha regresado a la época del telegrama Zimmerman, mostrando una carta en la cual aseguraba; se encontraban los acuerdos secretos alcanzados con funcionarios mexicanos.

El asunto trasciende, ya que debemos recordarle constantemente al presidente Trump, que en el mundo de la política y diplomacia actual, al momento de negociar tanto los Jefes de Estado como demás representantes del gobierno (diplomáticos, servidores públicos, etc.), deben tomar en cuenta las repercusiones que sus declaraciones pueden – y deben- provocar en la opinión pública y los elementos legítimos para dar resultados ante los intereses de un Estado.

Para México, es un momento donde debemos comenzar a realizar políticas públicas a largo plazo y buscar dar resultados en temas que tanto aquejan a nuestra nación desde hace varias administraciones, en estos momentos la más apremiante es el tema migratorio, pero pronto tendremos que afrontar nuevamente el tema arancelario conforme a los resultados del número de internación de inmigrantes a nuestro país.

Para los EUA, los siguientes temas que colocará en la mesa de negociación como moneda de cambio con México serán el T-MEC, la seguridad fronteriza, narcotráfico, entre otros y el presidente Trump no dudará en utilizarlos como arma política y sin duda tendrán repercusiones de impacto real en nuestro país.

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*Licenciado en Relaciones Internacionales. Autor de la columna #Sobremesa en Impacto. Cuenta con amplia experiencia dentro de las Relaciones Internacionales como ex Asesor del Secretario de Desarrollo Económico de la CDMX, en la Secretaría de Gobernación,  como Consultor Internacional y dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores, destacando funciones como Oficial Consular para el Consulado de México en Carolina del Norte, Estados Unidos.
https://www.ceibal.edu.uy/es/articulo/el-aporte-de-plan-ceibal-los-objetivos-de-desarrollo-sostenible