Por: Observatorio de Cooperación Internacional
Este lunes 7 de octubre se celebró la quinta sesión del seminario sobre la Agenda 2030 en la sede Poussin del Instituto Mora. En esta ocasión contamos con la participación de la Dra. Rocío Arroyo, catedrática de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y la Dra. Isela Orihuela, profesora-investigadora del Instituto Mora.
En su presentación, la Dra. Arroyo habló acerca de las alianzas y cómo estas puede y deben contribuir al cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030. En un primer momento la Dra. Apuntó hacia la inexistencia de una alianza previa a la conformación de la Agenda, además de una solidaridad internacional desgastada frente a los retos más importantes para todos como lo es el ideal de la Agenda frente al contexto real no sólo mundial sino también dentro de cada país.
En cuanto a la idea de “aglutinar” actores, hizo la observación que este concepto puede resultar complejo, ya que lograr que diversos actores con intereses en muchas ocasiones dispares trabajen en conjunto no resulta nada fácil.
Por otro lado, están los retos y alcances de la Agenda. Tiene metas complejas a implementar, mismas que deben tener en cuenta la Ayuda Oficial al Desarrollo, la deuda externa de cada país, la inversión extranjera que puede haber, especialmente hacia los países en desarrollo. Una de las grandes debilidades de la Agenda es que no existen mecanismos claros para capacitaciones.
Mencionó el hecho de que existe y está comenzando a trabajar un Banco de Tecnología, sin embargo, lo hace con pocos recursos y pocos actores. Este Banco es principalmente para la transferencia de tecnología de países desarrollados hacia países en desarrollo, tecnología que no debe ser obsoleta sino funcional.
Otra debilidad que se ha visto a lo largo de casi cinco años de implementación de los ODS es la falta de coherencia normativa e institucional en los países, así como los datos, la vigilancia y la transparencia y rendición de cuentas. Estos factores no permiten una verdadera apropiación de la Agenda hacia todos los actores y niveles involucrados por lo que las alianzas muchas veces no se concretan o bien, no se perpetúan.
Bajo estas observaciones es que la Dra. Hizo varias propuestas interesantes: primero, un sistema de múltiples alianzas, que sean transversales y adaptativas en lugar de una alianza única mundial; segundo, la revisión de las medidas para cumplir el ODS 17 en México y tercero, la generación de recursos con diagnósticos puntuales que permitan diversificar las fuentes de financiamiento y así no depender de un solo tipo de recursos.
En la segunda parte del seminario, la ponencia de la Dra. Isela Orihuela fue acerca de las ciudades sustentables y la forma en que las alianzas pretendidas en el ODS 17 pueden intervenir para facilitar y guiar los trabajos hacia los objetivos que pretenden mejorar las condiciones en las ciudades.
Desde un enfoque en las ciudades se pueden encontrar desventajas y ventajas: en cuanto a las primeras están la contaminación, el cambio climático, la pobreza, la desigualdad y la violencia; para las segundas: innovación, salud, calidad de vida e inclusión social.
En nuestro país las principales desventajas que presentan las ciudades son: exclusión social, desempleo, inseguridad, movilidad, nivel de ingreso, seguridad social y corrupción; mientras que en las ventajas encontramos: opciones de empleo, vivienda, transporte, educación, salud, tecnología, recreación y cultura.
Las ciudades al ser desiguales y heterogéneas presentan ciertas dificultades al momento de introducirse de lleno hacia la implementación y cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS.
No tienen los suficientes recursos para realizar todas las propuestas de mejora, hay una fuerte falta de profesionalización entre los funcionarios para que sean capaces de entender y proponer soluciones en pos de los ODS, falta de tecnología y actualización, falta de personal, no hay actualizaciones catastrales, existen períodos cortos de gobiernos que no permiten una continuidad apropiada a los proyectos de anteriores administraciones y hay poca o nula participación ciudadana.
Por ello, en las zonas metropolitanas se requiere de la coordinación, la colaboración, la cooperación y de alianzas, principalmente entre gobierno, sociedad civil, el sector privado y las universidades como generadoras de conocimiento. Asimismo, se debe trabajar sobre objetivos, principios, valores, intereses y metas en común, ya que el fin último es que todos los actores se puedan beneficiar de las alianzas.
Para generar una buena alianza, la Dra. Señaló que se debe comenzar por una planeación que permita organizar, estructurar, anticipar y prever variables, objetivos, metas, obstáculos, posteriormente realizar las investigaciones pertinentes que arrojen información suficiente para hacer un buen diagnóstico para la toma de decisiones. Se requiere de liderazgo, innovación, transparencia, gobernanza, recursos financieros, inversión y desarrollo económico social para que las alianzas perduren y den los resultados adecuados.
Finalmente, la Dra. Isela cerró su participación con la frase “para establecer buenas relaciones internacionales es necesario tener buenas relaciones nacionales”, dando a entender que lo primero es poder resolver cuestiones al interior para después buscar apoyo y alianzas hacia el exterior.