Por: Juan Alberto Villalobos Oropeza*
“Los desafíos de esta magnitud no se pueden resolver por un mundo fragmentado en naciones-estados autónomos o bloques rígidos”. – Henry Kissinger
Comprender el fenómeno de la compleja relación de los EUA y México, parecía, en otros tiempos, ser una simple relación de “amistad” y de “buen vecino” cuando en realidad solían tratarnos como el patio trasero de casa. Desde ese punto de partida, podíamos decir que las ideologías de los presidentes demócratas o republicanos hacía la relación con nuestro país eran muy similares en su política exterior.
Como la historia siempre nos enseña esta tiende a ser cíclica y se repite aparentemente hasta que no se aprende algún tipo de lección. La lección la hemos aprendido, pero al revés, a modo, el presidente Donald Trump bajo su lema “Make America Great Again” y la del presidente López Obrador “Juntos Haremos Historia” parecieran un slogan distinto, sin embargo, para el ojo del analista más avezado de inmediato se puede ver el trasfondo; aunque no se parecen, si son lo mismo.
Durante las promesas de campaña, las similitudes en su forma de expresión política y abiertamente conservadora dirigida a su base electoral marcan el nuevo paradigma en la manera de gobernar, alejándose de grandes discursos con las cámaras legislativas, el sector empresarial y los altos funcionarios que aplauden al unísono de cada palabra que el Ejecutivo arrojaba y que, se reflejan así como “hombres del pueblo”, que arremeten contra las administraciones pasadas por sus incompetencias y por su falta de sensibilidad hacia los males que continúan aquejando a la sociedad.
La relación entre México y EUA, es mucho más compleja pues nos separan y a la vez nos unen temas como el comercio bilateral, el TLCAN/T-MEC, la migración, el narcotráfico, los derechos humanos, sueldos y salarios dignos para los trabajadores, el muro fronterizo, entre otros.
Ambos mandatarios, se caracterizan de manera particular temas como el cumplimiento de las promesas de campaña, la inflexión con los medios de comunicación en las conferencias de prensa, la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio, la austeridad gubernamental, el manejo de las caravanas migrantes y la información que producen los medios tanto oficiales como las llamadas “fake news”, son parte de las estrategias de ambos mandatarios para mantener el control de sus administraciones.
El presidente Donald Trump, salido de la derecha conservadora de los republicanos, que arroja duros discursos clasistas, y que en fechas recientes ha dado de que hablar con las nuevas amenazas de cerrar la frontera con nuestro país, deriva en particular por las cantidades estratosféricas de caravanas migrantes que provienen principalmente de Centroamérica y que hasta este momento se internan en nuestro país de manera “regulada”, de acuerdo a lo dicho por la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero. Aunque en hechos, se tienen documentados presuntos migrantes han actuado con violencia en Tapachula, Chiapas y con seguridad no será el único caso que escuchemos mientras la frustración y el miedo para llegar a los EUA sea algo latente y el INM no pueda actuar acorde con la situación (reducción de personal, falta de presupuesto y leyes migratorias acordes con nuestra posición geográfica con EUA y Centroamérica).
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, salido de la nueva “izquierda”, con un tono distinto a Trump, pero que en la práctica mantiene la misma fórmula, los llamados “fifí” y “chairos”, genera un ambiente de separación clasista, que puede provocar una dura polarización entre los sectores de la población y en los medios de comunicación.
Ambos surgidos de una necesidad por la búsqueda radical de un cambio al status gubernamental que existía. El presidente Trump clama que con él todo va “como una máquina afinada”, en tanto el presidente López Obrador clama que con él “No más corrupción en la construcción del país” en la 4T.
Su éxito radica en la manera de como comunican a la ciudadanía sobre sus acciones y políticas públicas. El presidente Trump, utilizó a los medios tradicionales como Washington Post y The New York Times como punto de cobertura para informar sobre todo lo dicho por el presidente, posteriormente se dieron cuenta que informaban sin analizar si era verdad o no lo que decía el presidente, le hicieron la campaña a modo, racista y con claras incongruencias en la práctica para gobernar. El presidente López Obrador, de manera simultánea utiliza a los medios dentro de su “mañanera” como caja de resonancia, permitiendo marcar la pauta de la información el presidente y no los medios bajo la obligación de solicitar información precisa y datos duros sobre planes integrales, presupuestos claros, proyectos y encuestas a modo.
En materia de política exterior ambos presidentes han demostrado un franco deterioro con el exterior a raíz del discurso proteccionista y la lucha por los intereses nacionales. Mientras que en los EUA, las amenazas del cierre de la frontera con nuestro país, la falta de habilidad política para lograr hacer entrar en vigor el T-MEC y el deterioro de las relaciones con la UE, Venezuela, Corea del Norte y Canadá muestran el gran discurso político pero una franca falta de resultados.
México por su parte, al aplicar los principios de política exterior nos ha dejado en una especie de neutralidad y el ejercicio diplomático más enfocado en la promoción del turismo de México en el mundo que en la de la defensa de los derechos de nuestros connacionales en aquel país. Irónicamente la 4T, parece que está aplicando la política del “Buen Vecino” implementado por Franklin D. Roosevelt, para sobrellevar la situación con Venezuela, España y el perdón a medio milenio de la Conquista, las migraciones provenientes de Centroamérica y ante los embates en discursos y redes sociales del presidente norteamericano.
Nos encontramos en un nuevo paradigma de gobierno, sin protocolo presidencial y “natural”, ambos gobernantes utilizan la llamada demagogia, siendo reaccionarios, pasionales y libres en su forma de pensar, que sin ofrecer realmente resultados tangibles buscan mantener a su electorado rompiendo el viejo esquema bajo los entredichos de “todo estaba mal” y “corrupción”.
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*Es licenciado en Relaciones Internacionales. Autor de la columna #Sobremesa en Impacto. Cuenta con amplia experiencia dentro de las RRII como ex Asesor del Secretario de Desarrollo Económico CDMX, en la Secretaría de Gobernación, como Consultor Internacional y dentro de la SRE destacando funciones como Oficial Consular para el Consulado de México en Carolina del Norte, EUA. Contacto: javo2307@hotmail.com Twitter: @javo2307